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Caribbean International
University
Doctorado en Ciencias
Gerenciales
Estudio Independiente II
Inteligencia Emocional (IE) Análisis critico |
Jorge Eliecer Andrade
Cohorte
Maracay – La Morita
Noviembre
2013
Introito:
Al
tratar de dirigir el foco de interés por el tema, solo puedo aproximarme por
medio de un esquema mental que me ayuda a comprender las variadas connotaciones
y teorías propuestas para la Inteligencia Emocional, en este sentido afirmo que
la IE superando:
Las pruebas del tiempo;
desde sus raíces concebidas en la teoría de la evolución de las especies de Charles Darwin cuya expresión emocional
se relaciono con la supervivencia y adaptación de los seres vivos. Pasando por
las concepciones que hacen énfasis en el aspecto cognoscitivo, hasta aquellos que destacan solo el componente
emocional, entre ellos Daniel Goleman
(1995), con el cual me identifico plenamente en sus planteamientos, direccionados
hacia el campo administrativo y gerencial , que se explicaran
más adelante.
Las pruebas de la ciencia;
mostrados a través de sus antecedentes de tipo biológicos, hipótesis
trabajadas, y demostraciones
experimentales con resultados irrefutables, descritos en el texto.
La prueba del cerebro humano; facilitando entender su anatomía constructiva sobre bases
anatomofisiologicas, funciones neurobiológicas y aspectos fundamentales del comportamiento
humano en circunstancias extremas que aluden las emociones y sentimientos.
Desarrollo analítico de la autoconciencia y
liderazgo:
Desde
otro punto de vista, me causo reacción
profesional, poder asimilar la IE,
como teoría de avanzada y movimiento que superó lo evolutivo, lo antropológico,
lo biológico, lo social, lo cognitivo y por ende lo emocional, en un movimiento
trascendental desde sus componentes, comprometiendo para bien los destinos de la teoría de las ciencias administrativas y gerenciales.
Las
emociones se sostienen ante la historia
y fortalecen ante las pruebas de tiempo y de la ciencia. Durante el periodo 1920-2013, aproximadamente un siglo de
demostraciones útiles para la praxeologia gerencial se han observado resultados
prometedores. Antropológicamente las emociones pertenecen a la categoría
del estado humano en “uno
mismo”. Desde esta condición se
puede alcanzar la mismidad, la otredad y la alteridad, así como el desarrollo humano que se presenta en un tiempo común e
histórico, que crece a la par de la
teoría administrativa y se subsume en la reproducción social de sus actores.
La IE, centrada en las Ciencias
Administrativas y Gerenciales, se expresa mediante la combinación del
conocimiento racional y emocional
coincidiendo lo intrapersonal e interpersonal del ser humano. A tales efectos,
se produce Autoconciencia, Autoconocimiento
y Autoestima (3A), con una
significación practica en el liderazgo
individual, entendido como la “habilidad
de lograr que otros hagan lo que quieres hacer, porque ellos quieren hacerlo”,
esta concepción incluye Iniciativa, Influencia, Impacto, Imaginación e Integridad
(5I), además de representar otros atributos
inherentes al liderazgo como son, Ayuda, Apoyo, Acatamiento, Amabilidad,
Aprecio (5A). Agregaría un conjunto
de rasgos distintivos identificados con Planificar, Resolver, Exigir, Difundir,
Intensidad, Creatividad, Asumir (PREDICA).
La
Autoconciencia para este texto, es definida como la separación que hace el
hombre de sí mismo respecto al mundo objetivo, toma de conciencia de su
relación con el mundo, de su propio ser como persona, de su conducta, de sus
actos, pensamientos y sentimientos, de sus deseos e intereses (teoría
antropológica y psicológica).
El liderazgo es la
actividad de “influenciar a la gente” para que se empeñen voluntariamente en el
logro de los objetivos del grupo. Se destaca la voluntariedad del acto
personal, que incluye procesos intelectuales y humanos, interpretando que el
liderazgo no es exclusivo de la alta gerencia, “el líder es una persona capaz
de saber lo que quiere” , el liderazgo morfogeneticamente , toma una
connotación activa y dinámica que esta bajo nuestro control, convirtiéndolo en
un proceso generativo que evoluciona y que es poseído por todos en iguales
condiciones, solo que unos desarrollan conocimiento, habilidades o destrezas
particulares que potencian su aptitud y actitud hasta catapultarlo hacia la
altitud (líder innato, que se hace).
Aquellos que
son capaces de influir cambios en las personas con compromiso y reconocimiento
de los demás incluso utilizando la Web, Redes Sociales y la alquimia social, representan una nueva
oleada de lideres omnipresentes en toda civilización humana. El Liderazgo, versión 3.0, una nueva
oportunidad para liderar recursos, acercar generaciones de gerentes y lideres,
con un rasgo típico de esta era tecnológica (viejos expertos con jóvenes
cibernautas, ambos aprendiendo) para producir cambio. Los lideres resonantes
poseen dominios y competencias en el liderazgo 2.0, expresiones de Goleman; McKee, (2003). Además de estas
competencias, deben poseer estilo (visón, coaching, afiliación y sensibilidad emocional). Goleman (2005), realizo una adaptación de la teoría de Peter Salovey y John Mayer (1993), en la que produjo cinco habilidades
emocionales y sociales básicas que se resumen en; conciencia de si mismo, la autorregulación, la
motivación, la empatía y las habilidades sociales.
Es importante
destacar el componente humano
distintivo para la gerencia y asumirla en un devenir civilizatorio, ya que todos los actos del individuo son
guiados por la cognición en el “Yo individual” en un encuentro con la
realidad (autoconciencia y liderazgo). El pensamiento racional se asocia con la
naturaleza de las emociones, son dimensiones que interactúan y condicionan los
actos humanos per se. El hombre se
vincula con la naturaleza de manera mediata, a través de su quehacer social y ante todo, mediante el empleo de instrumentos de trabajo
(ciclo naturaleza-humano-trabajo-sociedad-progreso). Filosóficamente hablando
“el ser en el hacer” y “el hacer en y para el ser” “desde lo natural y
biológico”.
Mediante
la condición de trabajo se separa de la conexión natural, en este proceso del
trabajo relaciona sus fines y objetivos con el material de la naturaleza y
tiene en cuenta sus propias posibilidades de superarse. Al modificar la
naturaleza, se modifica a sí mismo (el ser en su natura y contra natura sin
espíritu). El hombre, al crear productos en el proceso del trabajo, en cierto
modo se desdobla y en el objeto de su actividad contempla la obra de sus manos
(se cosifica). Se diferencia a sí mismo como agente, respecto a los objetos de
su hacer y se pierde en sus constantes contradicciones y paradojas
(materialismo histórico del hombre).
Pero, sin
importar el tipo de trabajo siempre posee
un carácter social, el hombre empieza a adquirir conciencia de sí mismo como
hombre (se socializa constantemente), como partícula, como uno, siendo único,
con identidad, como célula del sistema
histórico dado y únicamente al relacionarse con otro hombre (otredad), con su semejante, logra ver en el otro al
hombre (se ve a si mismo en evolución), lo que nos remite a las bases
biológicas y sociales de la IE,
terreno fértil para seguir investigando.
Cierre desde la antropología filosófica:
En un principio,
el hombre se distanció del objeto, y adquirió conciencia del objeto de su actividad
y de sí mismo como sujeto (autoconciencia cosmovisionaria entre sujeto-objeto),
únicamente de manera directa, en el proceso del hacer práctico con las cosas,
buscando otra explicación apartada de lo divino (ruptura del mito con la razón). Luego, la autoconciencia
evolucionó y se impregnó de lo colectivo,
cuando el hombre aún se hallaba plenamente absorbido por la gens, que se presenta como portadora y
centro de la esencia humana. Al reducirse el régimen gentilicio, al aparecer la
civilización y al separarse el individuo como tal, surge propiamente la
autoconciencia de la persona (persovision).
En la historia de la filosofía, la
autoconciencia ha sido concebida como principio agente, y con esto a menudo se
agotaba la comprensión de la actividad práctica del hombre (Fichte, Hegel).
No pocas veces se entendía la autoconciencia como principio creador respecto al
mundo objetivo. En realidad, la autoconciencia, que es un principio activo,
sólo puede comprenderse como resultado y como faceta de la actividad práctica
del hombre en la esfera de la producción social, depende del reflejo del mundo
objetivo y está condicionada por este último.
Numerosos
estudios de psicología social han evaluado el efecto que produce la
sensación de exclusión, bien sea de un grupo, de una institución o de la sociedad en general,
sobre la autoconciencia. El mecanismo es simple, “si uno se siente excluido, tiende a costarle más mirarse a sí mismo”, pues
entiende que lo que va a encontrar no es agradable, bajo el supuesto de su
exclusión social.
Las
consecuencia de esta falta de autoconciencia se ha evidenciado, sobre todo, en
un baremo que es más medible y objetivo: la falta de autorregulación, que
consiste en ser capaz de realizar aquello que, aun no siendo la opción más
agradable, es necesaria para lograr objetivos a largo plazo (comer menos si
se está haciendo dieta, estudiar de cara a aprobar un examen, preparar la tarea
para un curso online o practicar a diario si se quiere dominar un instrumento).
A
mí personalmente, este tipo de estudios me ha hecho considerar los momentos de
mi vida en los que me ha faltado la autorregulación suficiente para lograr mis
anhelos, y analizar las diversas actividades que me han obligado a tener más
autoconciencia (meditar, expresarme, practicar el acto reflexivo, escribir
sobre temas de interés, preparar en mejor conocimiento y realizar
intervenciones públicas). Todo ha incrementado enormemente, y de forma natural,
esta capacidad de autorregulación me ayuda a mantenerme en homeostasis social,
biológica y psicológica.
“La
administración se centra en el límite inferior, ¿Cómo puedo hacer mejor ciertas
cosas? El liderazgo aborda el límite superior, ¿Cuáles son las cosas que quiero
realizar?”. Stephen Covey.
